Emociones:
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Una sensación de angustia debido a la rápida aceleración de la sociedad y la tecnología.
2024 marca el comienzo del Internet de todo, una existencia circular donde no habrá fronteras entre el mundo físico y digital. Aunque estas metaeconomías constituyen una gran promesa, también generan una sensación de ansiedad provocada por la gran cantidad de cambios ocurridos en un período demasiado breve. Tal inquietud es lo que se denomina el shock del futuro.
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Debido a la saturación emocional y a nuestro estilo de vida permanentemente conectado, nuestros sentidos están al límite.
Según el historiador sensorial, Mark Smith, la pandemia ha provocado una “revolución sensorial”, por la que el aislamiento y los cambios en los patrones laborales y los hábitos sociales han modificado rápidamente la forma en que usamos nuestros sentidos para navegar el mundo. Varios encuestados informaron que antes solían ver videos de 10 a 30 minutos, pero ahora pierden interés en cuestión de minutos.
Con el incremento de la sobreestimulación, también aumenta la sobrecarga sensorial, que ocurre cuando el cerebro recibe más información de los cinco sentidos de la que puede procesar. En 2024, la regulación sensorial será el antídoto contra la sobreestimulación. Por ejemplo, tener una rutina matutina de tecnología lenta (solo usar un dispositivo a la vez) o sesiones de trabajo sin sonido (desactivar todas las notificaciones e iconos).
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No hablamos de positividad tóxica. Esta mentalidad se basa en un marco más realista.
El optimismo trágico no es una positividad tóxica (recrear una falsa alegría hasta un nivel enfermizo) ni estar en un estado constante de felicidad, sino que se trata de partir de un marco más realista.
Los problemas de pluralidad emocional y fatiga por compasión son cada vez más frecuentes. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, en 2021, había más de 200 millones de personas que sufrían algún tipo de trastorno mental en India; mientras que en Corea del Sur, otro estudio señala que casi el 30% de la rotación del personal hospitalario se debe a la fatiga por compasión. En Brasil, los síntomas de depresión y ansiedad se multiplicaron por 6,6 y 7,4 veces respectivamente en junio y julio de 2020 (en comparación con antes de la pandemia de COVID-19).
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Un sentimiento de asombro que se ha dejado de lado durante los últimos años.
Los científicos creen que el asombro pudo ayudar a nuestros antepasados a sobrevivir en entornos inciertos que exigían de la cooperación grupal. Estos momentos de fascinación pueden ir desde pasar tiempo en la naturaleza (el llamado awe-walk o caminata de fascinación) hasta escuchar música nueva. La variedad es uno de los beneficios de recurrir al asombro para la salud mental: cada experiencia es personal, puede buscarse intencionalmente y experimentarse fácilmente en diferentes niveles socioeconómicos. “Los eventos asombrosos pueden ser uno de los métodos más rápidos y poderosos de cambio y crecimiento personal”, señala un estudio.
Perfiles de consumo:
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Los Controladores:
Abrumados por la contaminación de datos y la aversión al cambio, los Controladores buscan un comercio fluido para mantener el control y conseguir un equilibrio sano entre su vida laboral y personal. La Gen X, en especial, quiere estar en control.
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Los Interconectados
Opuestos a la cultura de la productividad, pero sin ser perezosos, este grupo está explorando estilos de vida fraccionados (compras compartidas y suscripciones) y están renunciando a sus trabajos conforme se replantean el significado del éxito.
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Los Creadores de recuerdos
En 2024, este grupo transformará la búsqueda de la perfección por el deseo de estar presente, ordenar su vida social y laboral e invertir en disfrutar del tiempo.
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Los Optimistas tecnológicos
Este consumidor híbrido por excelencia quiere lo mejor de ambos mundos: billeteras digitales para hacer compras en la vida real, momentos de RV que pueden sentir en la vida real.